Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

lunes, octubre 25, 2004

Y cuando quieres, no.

Pues no es un día especial, sólo que llueve. Me persiguen personas que me preguntan:
¿por qué actuas así y el resto de la gente no? ¿por qué eres más cariñosa? Y resbalan con sus preguntas cuando respondo que soy diferente. Una respuesta que sabe a medio ágria pero no hay más. Me siento estúpida diciéndolo.
Luego están los que me rondan con musiquilla, que dicen: Marta... guapa... Marta...besos... Pues vaya, que suerte la mia... que quien a mí me gusta es aquel de la sonrisa al que le quité el sitio el otro día.
¿Y aquel que cree que le traiciono? psé ¿y a mí qué? no tengo que demostrar nada a nadie y menos a aquel. Total...

¿Conclusión?

Encuentras lo que no buscas (Murphy) y te equivocas cuando das: no son aquellos que preguntan los que desean todo aquello, quieren menos. Sí.

Y esta noche no me voy a quedar con aquella sensación de: dí lo que no debí, psé. Hoy la luna sabe descafeinada. Cuando se abra el día, rompe todos aquellos que escribí queriendo alejar, queriendo dar frialdad, queriendo, sin más.

Rociaría todo con alegría y felicidad, cabezas pensantes apoyadas en corazones sangrantes.

... porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.