Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

domingo, julio 24, 2016

Estar acojonado es el principio.

El acojone mundial se puede observar, según la Universidad de Michigan, en:

Cuando te das cuenta de que no tienes Nesquik y no sabes qué desayunarle.
Cuando piensas que bajarte del coche así o asao hará que cambie su manera de mirarte.
Cuando te despiertas por la mañana a su lado y te das cuenta de que hasta has dormido bien.
Cuando, además, es que te pudiste dormir rápidamente con sus caricias.
Cuando haces preguntas de meestoyacojonandoviva y no contesta.
Cuando te pone histérica, a lo quinceañera, volver a verle
y eso que es la enésima cita.
Cuando le pides que sea tu amigo de facebook y dice que no.
Cuando quieres gritarle al mundo que quizá sí y mira quién es, que te va caer genial.
Cuando escribes algo que leerá.
Cuando te propone hacer algo que te acojona y dices sí.
Cuando le ves escribir dos besos como los que pone a su madre.
Cuando observas cómo te comportas y te sientes una gañana
pero justificas todo con la palabra ilusión. Y acojona.
Cuando lo que tienes te parece que será poco en su mirada.
Cuando no sabes si hacerte la remilgada o ser natural.
Cuando no sabes si hacerte la descariñosa o ser natural.
Cuando creer que no ser una misma, hará que se vaya.
Cuando ves que se mosquea por un chupetón inocente.
Cuando, por algún motivo que quizá se llama acojone, sientes que no quiere ir más allá.
Cuando el más allá es dar vueltas en el infinito y vas a ciegas.
Cuando de repente vuelve a nacer el sentimiento de querer apostar
y te preguntas si no volverá a ser un robot...
Cuando ves su mirada de niño, su carácter infantil, y te acojonas por lo del apostar.
Cuando te haces bicho bola en la cama y agarrada a la almohada
te preguntas si no le parecerá feo lo que acaricia.
Y, un paso más allá, te preguntas que si se ha dado cuenta, si lo evalúa negativamente.
Y, si así fuera, entonces qué leches está haciendo encima de mi colchón.
Cuando de pronto tienes ganas de salir de tu jaula porque parece que hay un buen motivo
pero vas con un ala rota renqueante, buscando donde agarrarte.
Y se lo dices, y vuelve el silencio.
Cuando piensas que puede llegar el momento en que prefiera una veinteañera.
Cuando te confiesas que si las cosas no salen bien, no será otro drama. El hacerse mayor acojona.
Cuando no sientes la libertad de decir o de hacer por no agobiarle.
Cuando por la calle te apetece cogerle la mano pero no por el motivo del punto anterior.
Cuando te dice que piensas demasiado y a ver qué haces con tus pensamientos si están ahí.
Entonces viene el acojone de pensar que no deberías pensar y menos escribirlo.
Cuando resuelve tu puzle de las puertas y resulta que es un corazón.
Cuando desde el minuto uno ves señales que le colocan un neón apuntándole pero no tienes prisa.
Cuando te ves comprando Nesquik y croisants de chocolate.

Acojona bastante cuando te das cuenta de que le interesas y que te recuerda.
Acojona bastente la irremediable incertidumbre del estar construyendo algo que no existe.

sábado, febrero 20, 2016

Te maldigo hasta el infinito con escupitajo incluido
porque eres un traidor.
No me inventé una historia
ni soy culpable de
fuiste la mitad del todo
alimentaste un hijo mal parido
me hiciste creer que estabas pero eras una puta sombra
una sombra de condescendencia e inmadurez sentimental
que me perseguía
participaste en la mitad del todo.
Es que te odio.
Es que odio como me miras como si estuvieras por encima de mi
como con esa mirada me dices: tú no.
Es que te odio.
es que compartirás todas esas cosas que son mias con alguna ella estúpida
una que eligirás porque no soy yo
Te odio puto robot
eres un mierda por inmaduro sentimental,
por jugar a un juego del que no conoces las reglas
Te odio

lunes, julio 13, 2015

Dejé de ir detrás de ti, como una niñata, el día que te dije que te echaba de menos y tú contestaste:

me lo pones difícil a posta o sin querer?

Entonces se me revolvió la vida. Y me fui. Me fui donde realmente se me quiere y se me cuida con la placidez, comodidad y bienestar. Con amor y cuidado.

Volví sabiendo, por fin, que lo que me ofrecías era nimio y que conformarme con eso era una puta estupidez.

Y, ahora, después de un año te miro con recelo pero de frente. Aparqué el remolque. La opresión sentimental a la que me sometiste surtió efecto. El impulso infantil ya no existe y no sé si apenarme o qué pero aunque tu olor me ponga cachondísima y en ti encuentre un hogar...apenas me apeteces.

Te invito a que me eches de menos. Te invito a que me invites a tu remolque.

Con perspectiva me he dado cuenta de lo básico que eres y de que todo tiene su momento. Aquel no era el momento del nosotros por mucho que yo quisiera correr, por mucho que me empeñara. Y tengo ganas de plancharte la camisa pero no de coronar tu lavabo con mi cepillo. Quizá si con el tiempo aceptas mi invitación y me echas de menos y decides que no quieres que me vaya de tu vida, quizá entonces podamos negociar este asunto. Eres básico y te atribuí algún tipo de poder mental que hacía que  vieras más allá, pero no, eres simple aunque cuestiones todos los valores del universo.

Mientras tanto... la ilusión ya no está en que me aguantes la mirada, en que te apetezca quedar, en que me hayas rozado con tus dedos el tobillo...la ilusión que me queda contigo es rellenar mi excel de la lotería.

viernes, abril 03, 2015

¿Tomar decisiones sobre tu presente en función de las expectativas futuras?

Los individuos racionales lo hacen a todas horas pero quizá mejor pensar en tomar decisiones sobre tu presente en función del bienestar del ahora.

Que tenían razón los otros, que no hay futuro...

miércoles, diciembre 10, 2014

Poema terminado



84

Te gusta mirar el reloj a las 23 y 23 cuando estamos juntos.
Son las 23 y 23 y no me puede gustar más esa casualidad.
Somos dos números seguidos. Me pido el 3.
Que yo es que me temo que soy impar.

Te gusta decirme que me quieres
Y yo te pregunto: ¿Y si te quiero?

Te gustan los abrazos con llaves,
De las que cierran el candado de nuestra cama
O las llaves que enroscan nuestras piernas
O las llaves que sellarán esta verdad.

Te gusta contarme cuentos disfrazados.
Disfrazados de anécdotas del día,
Disfrazados de teorías complejas,
Disfrazados de pasado.
Disfrazados de palabras que terminan en –os
Y que significan “juntos”.
Disfrazados de deseos lascivos
Y de planes sugerentes: yo te lo haré.
Disfrazados de declaraciones sinceras,
Incluso disfrazados de advertencias.

Cuentos repletos de personajes vivientes.

Te gusta usar el tiempo futuro en tus oraciones
Cuando nos miramos a los ojos más de 2 ó 3 segundos.
Recitas en futuro el libro que estamos escribiendo,
Que será nuestra historia interminable
Y nuestro credo.

Te gusta mirarme cuando sonrío
Y te explico que es tu alma de niño
quien dibuja la mueca en mi mejilla,
sonrojada por la vida que me contagias.
Y es que “porque conviertes cada segundo
en momentos de risas y felicidad
por la intensidad con la que los vives…”
Vives y me contagias de tu energía vital.

Te gusta no entender por qué narices me río.

Te gusta adivinarme.
Y yo me sorprendo cuando miro por la ventana
y sabes que es para saber la hora.
Sabes que te llevo burritos de orejas peludas
“para conquistarte por el estómago”.
Y a mí me parece una atrocidad… pobres borricos.

Mi mente se relaja cuando encasillo,
Cuando enumero, clasifico
Le gusta empaquetar y ordenar.
Por eso cuento el número de citas
Y me pregunto si en ésta …
Si en ésta debería, ya, conjugar el verbo intencionar.

Y puede ser que te esté recordando en el futuro.
O que el ahora sea una magia más
Pero me dejo llevar por tu savoir faire inocente.
Y diligente, por cierto.
Que sí, lo reconozco...
que a veces ruego.

Sabes que si me preguntas qué pasó en el último relato
2 de cada 3 veces recordaré lo que leíste
Porque 1 de cada 3, me evado a otro mundo.

viernes, diciembre 05, 2014

Y resulta que de la magia lo único que sabías es de qué color es.

jueves, septiembre 25, 2014

(1) la necesidad de ser especial; (2) la necesidad de sentirse libre de cargas; (3) la necesidad de lealtad y (4) la necesidad de proximidad emocional.