Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

domingo, febrero 10, 2008

Todos los hombres vienen solos a este mundo y solos lo abandonan.

Fue un proceso de adaptación largo y sufrido, muescas incluidas. Eso fue: adaptación. A la manera en que me adapto a las cosas: dramatizante y solemenmente. Cada día me bañaba en mi propio asqueo hasta que aprendí, a base de agua fría, que prefería rendirme porque ya no tenía nada. Y sin nada que perder seguí un camino deslizándome por lo resbaladizo.
Desde entonces camino con cara de ni sí ni no, preocupada por todo y nada, despasional y desperdidamente. Esperando a que explote el sol como agua de mayo en la que bañarme hasta aprender, supongo, que me equivoqué al deslizarme y al no ir clavando los tacones en caminos adyacentes. Sin embargo solo importa el hoy y sigo siendo aquella que no tiene nada que perder y todo por ganar.

1 Comments:

Blogger Caminante said...

Bueno, así andamos casi todos por la vida, de todas formas, antes de tirar toalla alguna, personalmente, me aseguraría de que realmente no quedara por mí.

10 de febrero de 2008, 14:03  

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