La sintonía de un cuadro ido.
Su silla vacía reclamada
me adormece la mañana.
Sin sonrisas ni blanqueo
más allá de la rutina, me pierdo.
Continúa el silencio desparramado
en la sala de las teclas,
quietas para quienes quieren decir
pues se marcharon los ojos que leen.
Vuelve y recoge lo que es tuyo.
Llévame de la mano hasta la salida
o esparce mis huesos sobre la moqueta
y recoge lo que es tuyo.
Pero vuelve.
Acaricio con la mirada una silla vacía.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home