Trevorizante.

Querido diario:

Hoy he descubierto el amor en la oficina. Me he enamorado, sí.
Desde que alguien me dijo que aquellos que están en la mesa separada del resto, los nuevos, los que no se miran ni hablan entre ellos, los que pasan horas sin quitar los ojos de la pantalla (unos trabajadores, sí señor) son de blanqueo mi fantasía está exaltada. Y vuela y vuela. Blanqueo de capitales... son tan, tan, tan masculinos...

Me ha mirado el tipo de la camisa azul. Hace un par de días que le observo, hoy traía esos zapatos marrón claro con esos calcetines negros tan característicos que me ha llamado la atención. Sus manos... estoy segura de que son aterciopeladas. Ardo en deseos, aunque no puedo admitirmelo a mí misma, de acariciárselas. Ardo en deseos de que me explique cómo va eso del blanqueo... ummm...

Sé que él no sabe lo que siento aunque me vea mirarle y mi mirada sea hudiza, aunque sé que tiene una sensibilidad excepcional. Aún no sé cómo se llama... pero siento algo especial por él.

Es amigo de Pablo, les he visto salir a tomar el café. Él será mi complice...

Queda un largo camino pero lo recorreré hasta conseguir su amor, oh...

(Lego mis cd's de Diana Ross a Pip porque le gusta tanto como a mí).