Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

miércoles, noviembre 03, 2004

Estoy pensando demasiado. Su influjo me lleva a perder lunas, minutos absortos, folios dibujados, folios escritos, tinta desparramada por mi mano y recuerdas que un día copiaste un poema:

desmemoria.

el pasado es un océano que gana tiempo de olas
a esa playa insolente de la hora,
al arenal donde se clavan los gerundios,
donde extienden los brazos y las branquias
nuestras memorias medio ahogadas.

tiene memoria cuando quiere el hombre
como la pierden las mujeres cuando bailan.

tienen memoria los círculos concéntricos
del tronco de los árboles del sueño,
y así la pierden los naúfragos de sed locos salados.

y la memoria y la desmemoria de la ausencia
se evaporan en una almohada hundida,
en un eco, en la nieve de los trópicos,
en un aliento abandonado en el espejo.

por eso, olvido, queriendo has recordado
que ella es el mar, gerundio y playa
donde arriba alegremente tu naufragio.

el espejo donde queda
varado.
tu aliento *----------------------- un tal frankan@wanadoo.es

Entonces me siento del lado contrario en que lo hace el mundo y me mezco por un soplido de hasta pronto. Quisiera quedarme quieta. Apoyo mi espalda en la nada y mis brazos en el respaldo. Me miro en el reflejo de la ventana y salto, rotos los cristales. Mentira, si no he saltado, recreo la escena en mi cabeza mientras me quito los cristales que se quedaron incrustados en mí.

¿Te dijo que te amo? que te amo como nunca he amado, tan especial, tan esto. Bonito cuento. ¿Y sabes lo que he aprendido? que las buenas costumbres no deben perderse: los juegos, las risas, las caricias, los besos, la complicidad. Perdámonos.