Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

sábado, mayo 19, 2012

Chorlito,

Tengo desvelos y es porque ando inquieta como cuando las luces azules de mi habitación parecían un mundo y no me dejaban dormir. Que sí, esas que ahora apenas noto cuando cierro los ojos.

Tengo esos desvelos de cerrar los ojos y tener que abrirlos porque alguna luz me persigue. Y sé que un día de estos los desvelos desaparecerán como entonces, cuando recobre el ritmo natural de una vida aparentemente ordenada. Que es a lo que suelo jugar cuando no quiero escuchar, a aparentar.

Mira, lo estoy intentado de verdad. Sé que lo sabes y no espero que hagas algo porque siempre nos dijimos todo y yo lo entiendo. Te entiendo tanto que he dejado de tensar nuestra cuerda porque no puede tirar solo uno de los dos, siempre te lo digo. Y así sigo dándoles vuelta al mundo.

Últimamente ando resplandecida. Pues sí, la verdad, ha sido casi el fin. Eso sí, no daré más palos de ciego que los necesarios esta vez.

He empezado a correr todo lo deprisa que se necesita para que no se pare la rueda y me he dado cuenta de que, parece que... sigo en la acogedora jaula. Algún tipo de sentimiento de culpabilidad y el rechazo me devuelven a ella y no me gusta porque en este encierro dependo de que me alimentes pero se te olvida demasiadas veces.

Y te quiero gritar en la cara tantas cosas que me inquietan! Te quiero agradecer tanto que no te vayas nunca! que se me saltan las lágrimas pensando en la suerte que tengo de que sigas siendo el personaje principal del cuento.

Porque aunque a veces se te olvide echarme de comer, jamás te ausentas. Me miras desde arriba, a veces sonriente y a veces dramático, y me tocas con el dedito en la barriga. Yo ayer te miraba de reojo y hoy dejo que tus cosquillas me arruinen la apariencia.

Pero es que me estás totalmente contraindicado, así que... sigo girando el mundo, volteando la rueda hasta que salga disparada entre los barrotes de mi acogedora jaula haciendo ejercicios de no pensar para salir.

Pues sí, la inquietud ha hecho que se me salten las lágrimas. Y hoy pienso que un día de estos debería escribir todos los poemas que debí escribir aunque, siendo realistas, jamás ocurrirá.

Siempre te quiero agradecer que nunca te vayas, que me cuides desde lo más profundo de tu corazón y, a pesar de que la realidad nos azote, sigas tan lejanamente cercano.

Siempre tuya, la reina de saba.