Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

domingo, abril 16, 2006

A mis ausencias más notables.

Un palo de ciego para cada uno que cuento.
Un grito en silencio por la magia.
Una leyenda por el niño de teta y el héroe.
Esperanza por la rabia que le sale por la boca.
Un lápiz por sus ojos verdes y un recuerdo
de abuelo alemán
con esvástica en el suelo y gato armado.
Un mini de saliva rubia en la barra de al lado.
Un folio con pelo que no se peina por la mañana.
Al niño caprichoso con los ojos despintados.
De verborrea rescatada de la paranoia.
A los personajes de los cuentos
cuando no os percibo y os recuerdo.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Se abría camino entre la ausencia de miradas, y buscaba entre intrusos rascacielos de cartón.
Teclea que teclea con olor a vino tinto, y entre sombras... el sonido del ratón.
clic!
te encontré!
clic!
justo ahí!
clic...
y de fondo una canción.

Se introduce, ausente de recuerdos, desdibujada señal de aviones en el cielo... De papel.
Y de fondo la estructura inmovil que se lee.
Teclea un nombre y dibuja un pergamino, con un perro, con un gato, con un futuro camino.
Y se ríe, y se pierde entre los trenes, y la gente, y los ruidos y el carmín.
Clic!
Se ha perdido la inocencia.
Clic!
el recuerdo que le vuelve loca.
Clic!
y se canta ella misma como quiere recordarlo, y recuerda lo que olvida y se inventa lo que toca.

Ausente de notables tecleadores.
Ausente de quisieron y quereres.
Ausente que no olvida si no quiere.
Ausente que recuerda... le apetece.

Se abre camino en la espesura de ochos inclinados, de verdes arcoíris en ciudades con enanos
de capirotes rojos y bigotes,
como el señor Don Gato.

Se sienta frente al teclado y teclea.
Suelta su melena y mira lo que escribes.
Y se esconde entre las sombras, de hernandez o delibes, y le gusta, y lo sabes, y lo lee, y lo repite, te lo guarda, entre comas, en recuerdos de pupitres.

Se abre camino entre miradas y avanza imparable, por el mar de lo que espera, que se inunde cuanto antes.
Soltando su melena te teclea y te recorre, con palabras lo que piensas, con los clics de sus picores.

Roza su espalda con tu azul y vigila estrecho cielo...

Luna negra que rellena cuando han dejado huecos.

Se abre camino en la ventana si te observa desde lejos...

Clic!
Ya es muy tarde y no te encuentro...
clic!
Ya es temprano y no te veo...
Clic!
Se hizo pronto, cambio, corto y cierro...

17 de abril de 2006, 0:52  
Blogger presunta said...

Me escalofrío, me frunzo el ceño, me entiendo y me desentiendo. Si no quieres venir no iré a buscarte a ningún sitio, que es donde no te veo.
Me escalofrío por última vez y da gracias que fue tuyo porque hace tiempo que me hice del bando de las que desmira.
Si tanto sabes y no quieres decir, feo queda que hagas esto.

Pero vale, no importa, solo queda el regusto a lo amargo con letras de caramelo,

está bien así.
... y cierro.

17 de abril de 2006, 4:37  
Anonymous Anónimo said...

Lo último que pretendí fue ofender...
Sólo escribo de lo que leo en este blog, porque me es inspirador. Si te molesta, como veo, volveré a ser un simple animal que lee.

17 de abril de 2006, 10:04  
Blogger presunta said...

Pensaba que querías pensar que ibas a hacer. Bueno, eso, que te marchabas sin decir quién eres. Pero es verdad, tú mandas y decides si escribes, y decides si dices. Sigue escribiendo si lo deseas. Me gustan tus poemas, me alegran/s. Toma lo de anoche como un delirio de la hora porque más bien es eso.

:)

"Cuando el misterio es demasiado impresionante es imposible desobedecer." - dijo sacando la regadera-

17 de abril de 2006, 11:46  

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