Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

miércoles, junio 06, 2012

Mañana vuelves para revolver la habitación,
para encender todas las luces de la casa,
para que te grite que las apagues, sargentosa.

Tengo el dormitorio preparado para que lo revuelvas.
La ropa tirda por el suelo, los libros ocupando estanterías,
desordenado y caótico para que te sea imposible colocar
un bote de cocacola en ningún lugar
que no sea el maldito cubo de la basura!

Esta vez ganaré la batalla.

Tengo preparado el arsenal que utilizaremos en la cama,
las sábanas limpias y tu lado izquierdo vacío.

He dejado encendida la tele para que vengas a apagarla cuando me duerma.

No hay galletas en los armarios de la cocina,
he tirado los espaguetis y las aceitunas,
no te daré motivos para que te largues de mi lado.
O me despiertes con ruidos de vasos.


Vuelves al calor del sol madrileño
que tanto te atorra el cerebro
pero vuelves, como siempre.

Pretendiendo que mi rutina cambie,
yo te odiaré cada mañana cuando suene el despertador,
cuando te bese al marcharme y tú ni te enteres
porque los podcast de la noche te acaban de adormilar.
Y yo rabiosa me iré a trabajar. Odiándote y refunfuñando.

Y por la tarde te miraré a los ojos recién levantados
(con odio!!!!)
y nos iremos donde te gusta tanto, donde leíste por ahí
o a ningún lado.

No sé cómo te miraré cuando te pueda mirar.
La situación para mí descontrolada ha convertido esto
en un "déjate llevar" sin pies ni cabeza.
Pero después de todo y con todo, estás.