Desprimada de mi primavera.
Destapando la caja,
rumiando tras el sombrero de copa
más valía que no hubiera sido
o que me hubiera dado cuenta,
de que así no iba por buen camino.
Pateando en el estómago
resuenan las pataditas.
¡Ha sido niña!
Libertad, la parida a deshora.
Menos mal que más tarde
que nunca, antes del remate.
No tuvo que ser lo que no existió
y rememorando aprendo que hubo
un momento en que debí empujar
al vacío de lo que ya no era nada.
Donde no llegamos.
Ahora soy divisible de ti
y divisible por mí misma y por el cero,
una prima. De las buenas.
Desprimada de mi primavera.
No hay más viento que mueva ramas,
no habrá calor que moje mis sueños.
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