Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

sábado, mayo 21, 2005

Lee, que veo que te aburres -f-o-t-o-c-o-p-i-a-

Diecisiete de Abril. Nace la flor que no sabía que viviría más de mil años. Que no sabía muchas pero que sí conocía cosas que la gente no. Podía entender razonamientos complicados que explicaba a sus congéneres que no la entendían por su forma de hablar petulante. Porque si algo tenía, y no sabía, eran pétalos enormes que a veces le tapaban los ojos. Cuando hacía viento se movían las dos hojas que un día le crecieron sin querer, sin sentido. Hojas que no servían para nada pero estaban. Y por ello debía cuidarlas. Las peinaba cada día con sumo cuidado usando el rocío para lavar el tallo finilústico que lucía.

Cada día se parecía más a la rosa de B-312. Descuidada por su Principito, relamía, cual gatito, las hojas sin sentido. Como quien no tiene nada mejor que hacer pero encuentra en esa actividad lo más satisfactorio. No sabía quién era. El problema de la vida, como la pregunta de la vida, tiene una respuesta escrita que todo el mundo conoce pero nadie ve. Cada día que se miraba al espejo decía que era distinta. Que a veces una gallina travestida, que a veces un gallo sin travestir; que a veces el recuerdo de un huevo - o el huevo - o una montaña ahuevada; que a veces un árbol, como quien mira el futuro y desafortunadamente sin consciencia de ello; que a veces un patito rosa (presuntamente) y a veces uno amarillo con pito. Cada día era una distinta y pdía serlo porque siempre era la misma con distinto traje. Lo que todavía no sabía era que su nombre era Amaranta. El que alguien le puso un día que pasaba por allí, que se paró a mirarla, que se molestó en asignarle, que se inventó el nombre.

En realidad no era una flor. Era una flor en un cuento con disfraz y nombre, sin Principito y sin fin.

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Desde que ella se fue me convertí en una persona triste.

En realidad nada cambió; pero todo fue diferente desde entonces. Se trataba de uno de esos cambios que van por dentro, una re-estructura completa pero imperceptible. Comenzó a crecer un agujero en mi barriga, debajo del ombligo, hacia dentro. Un agujero que nada podía llenar. A decir verdad, nunca había tenido tantas cosas al alcance de mi mano, pero no me apetecía meter allí nada que no fuera ella.

Es una sensación extraña, cuando el vacío crece y crece y lo mancha todo: el vacío abraza la almohada, naufraga en la taza de café, se cuela en los calcetines. La peor parte es que nunca llegas a perder nada del todo: tu-cometa sigue siendo tu-cometa, pero ahora está vacía; y cuando vuela nadie la ve. Transparente. Cada palabra es también transparente. Y te atraviesan. Ni tan siquiera ta hacen cosquillas. Sólo pasan al otro lado y no dejan nada ahí dentro.

Gastas las reservas, los recuerdos; al principio sigues funcionando porque todavía guardas alguna de esas cosas que nunca fueron pero eran. Luego, simple inercia.










...continuará.


¿continuará?

21 de mayo de 2005, 17:18  
Anonymous Anónimo said...

¿ todavía se para a mirarla ?


seguro que sí.

21 de mayo de 2005, 17:22  
Blogger presunta said...

Que continue y que no pare nunca. Un texto precioso, por eso.

En realidad ya no se para a mirarla pero le quedó algo grande, un nombre, igual que cada uno de nosotros guardamos dentro experiencias que nos aportan otras personas (ya, no es tan importante como un nombre), ella se guarda a si misma.

Amaranta no deja de ser una conjunción de mucha gente y yo. Ni deja de ser venenosa y disfrazada.

¿Quién eres?

22 de mayo de 2005, 2:43  
Anonymous Anónimo said...

{ ¿Quién eres? }

Me remito al principio de incertidumbre:
El hecho de que un cuerpo en movimiento deba cosiderarse como un grupo de ondas, sugiere que existe un límite básico para la precisión de la medida de sus propiedades corpusculares.

Sea como sea, buena pregunta.

Complicada respuesta.

Sólo pasaba por aquí.

Me puse a leer.






Y todo lo demás (causa-efecto) no ha hecho más que empezar.

22 de mayo de 2005, 13:48  
Anonymous Anónimo said...

* ¿ y tú quién quieres que sea ?

quizás todavía puedo elegir...

22 de mayo de 2005, 13:50  
Blogger presunta said...

Aunque nunca me gustó aquel: soy quien quieras que sea. Demasiado fácil y maleable. Lee más arriba igual que lees mis pensamientos.


En realidad has dado una respuesta sencilla a una pregunta sencilla. A ver si no vas a saber descomplicar...

En cualquier caso te agradezco que escribas, empezaba a sentirme un poco sola a pesar de que me digo que no me hace falta ser leida.

Bienvenido a mi vida, te presto estos trocitos.

22 de mayo de 2005, 16:30  
Blogger presunta said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

1 de junio de 2005, 23:07  
Blogger presunta said...

Espero que algún día lo escuches, está escondido en este comentario.

Simple inercia. Desde que ella se fue.

- guardar como -

Gracias por escribirlo.

1 de junio de 2005, 23:12  

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