calenturienta
Llevo un par de días con los grados un poco subidos.
El calor paraliza, igual que el miedo y los nervios. Que ya puedes estar dando vueltas o subiéndote por las paredes, que estás paralizado. ¿Dónde tienes la cabecita?
Calentita.
Por culpa de los calores he paralizado mi vida laboral y mi vida como conductora. Es injusto. Quizás alguien en Nueva Zelanda estuviera cortando patatas para el guiso y por eso ahora tengo anginas. Unas tan gordas como las patatas. El caos.
Resignada.
La gente entra y sale de mi vida a una velocidad que no sé. Es raro.
Y luego resulta que o estoy sola o quiero estarlo, así que no me preocupa lo que haga la gente. Aunque sí los sentimientos de la gente.
Y creo que he aprendido que no se debe dar bolita, a veces hay que cortar por lo sano. Y la bolita para el ratoncito.
Cuando me deshinche empezaré a hablar.
Aprendí que es bueno hacer muchos planes y que no es malo que alguno se trunque. Todo ocurre por algo.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home