Para quien tuvo una dependencia.
Dice usted que encontró el motivo.
La razón que todo fumador
necesitó para dejar de serlo.
Del enganchado al colgado
del perdido al ansioso.
Con libinidad lujuriosa
en busca de dosis sin motivos.
Drogadicto de lo invisible
colmado de unicidad en su vida
pues cuando no hay motivo
-sin dejarlo-
queda lo único, unívoco
hundido.
Dependiente del sexo, como yo del amor.
Pudimos formar aquel cuarteto cómico:
La puta, el salido
el sexo y el amor
hacen reir en la cama al espectador.
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