Con media sonrisa hacia un lado y con mirada cómplice le hice la confesión del mes:
“Tía, estoy loca”, “en serio”, “que lo estoy”.
Ella torció la sonrisa hacia el otro lado y me miraba sin decir nada.
“en serio tía”, repetí a la espera de que dijera algo en plan: “qué dices! Eso son imaginaciones tuyas”, “ya estás emparanoiada otra vez”, no sé qué.
Pero no, ella seguía sin decir nada hasta que reaccionó:
“pero loca por qué”
“puf pues yo qué sé, soy una obsesiva”
(ahí me contuve y no conté el resto de mi teoría sobre mí)
No le satisfizo la respuesta y yo segúia esperando algún calmante oral por su parte. Pero nada. Ya lo dejé y no le dije nada de la segunda parte de mi confesión: “debo ser algún tipo de neurótica”.
Espero que ante esto al menos soltara una carcajada…
2 Comments:
Bueno, estás desatadamente literaria estos días... aunque este no es muy allá; o no está terminado o es que es así de pocho.
esta pocho!
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