Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

sábado, octubre 15, 2005

Vomito lo que queda.

Empezaré con la verdad para entender la mentira.

Una noche me diste un folio
empecé a escribir.
Lo que dijiste te lo cuidé, acaricié, soñé, alabé,
rasqué, contemplé, lamí.

Quedó escrito. Debajo dibujé un precipicio.
Dije que me tiré. Y lo hice.
Una caida libre en papel.
Vaya... que poco daño hace. Tu mano de poco sirvió.
No al final.

Empezaré con la mentira.
El papel que escribimos quedó mojado, sí.
Cuando lo supe algo dentro - cras -
Lo que era una corriente de flujo vaginal
convirtiose en lagrimal.

Tan rápido como nuestra flor creció,
tan grande como su tallo
tanto como el placer.
Así salía la sangre de mi boca.
Como rápido, como grande.

Así entendí que debía olvidar
lo que escribimos en el papel, ahora, mojado.

Entre la verdad y la mentira,
atravieso el puente y digo:

Nunca fuiste real y verdad,
verdad es lo que no sucedió,
solo lo que no sentí.
Y así lo que ha quedado.