Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

martes, abril 25, 2006

Lo que da de sí hablar con un vecino en la escalera.

"A mí es que me gustan mucho, me gustan mucho las mujeres. Y ya ves, le digo a un par de rumanas que suban y ya está. Un tío como yo... yo me miro al espejo y, hombre, no estoy mal, no soy feo y de físico estoy bien. Las tías de mi edad no se fijan en otra cosa que en el físico. Somos animales y es así, lo primero en lo que te fijas es el aspecto. No dan pie a conocerme porque cierran las puertas, si no... tendría una fila de mujeres esperando ahí. Si yo soy un tío encantador, trato de maravilla a las mujeres. Lo que pasa es que vas al baile y estas allí y le dices a una que si quiere bailar y te dice que esta cansada. Yo no te he preguntado si estás cansada, te he preguntado si quieres bailar. Esas ... ¿Qué quieren? Mira, una cosa sería que tú me dijeras eso por la diferencia de edad y eso ¿pero esas? que tienen cincuenta años y cuando llegan a casa, se quitan el pantalón dos tallas más pequeño y el sujetador y se le caen las tetas que las llevan colgando hasta aquí, y el culo blandorro. Hombre... esas no pueden andar exigiendo. Pero vamos, que no necesito a las mujeres. ¿Tú me has visto alguna vez mal vestido o con la camisa arrugada? No. No necesito a ninguna mujer que me lave. Además cuando quiero sexo, lo tengo, no hay más que ir a un club y ahí lo que quieras. El otro día conocí a una chica rumana que resulta que luego me enteré que vive por aquí cerca. O como una vez que conocía de vista a una y un día llamó al telefonillo. Jose, que soy Claudia ¿me abres? Y subió a casa, estuvimos tomando algo y acabamos follando. Pero que yo no lo buscaba pero va la chica y se me pone sentada delante de mí con las piernas abiertas. Pues ya ves echamos unos cuantos polvos. Luego se fue y no le pagué, claro, yo no la había llamado. Esas chicas luego se van a trabajar al club y así se ganan la vida, claro, si vienen sin papeles y llegan aquí pensando en que van a encontrar el oro y el moro, por lo menos se sacan un dinero extra. Pues fíjate, debe ser más pequeña que tú... ¿Teniendo a éstas para qué quiero yo a una mujer que viva conmigo que cuando quiera echar un polvo diga que le duele la cabeza? Es mejor así, las llamo cuando quiero y ya está. Y te lo digo así de claro, yo no me corto. Viene, se pasa la tarde en casa, nos echamos unos cuantos polvos y tan contento. El trato con ellas es buenísimo, si me dicen que cualquier mujer estaría deseando casarse conmigo. ¿Para qué voy a dejar de llamarlas? si no lo hago yo lo va a hacer otro. Claro."

Otro día narraré lo de que se pincha en el pene antes del acto sexual propiamente dicho porque no se le levanta por una atrofia por falta de uso desde que se divorció de su exmujer. Y cómo un día se pinchó en un vaso sanguíneo del pene y empezó a salir sangre y la rumana se asustó y le acompañó al baño hasta que paró. En fin... cosas de hombres...