Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

lunes, octubre 15, 2007

y jo

74
Hubiera arrastrado Veinte poemas de amor
y una canción desesperada
a través de oceanos de tiempo
hasta encontrarte.
Y qué importa que tuviera que lamer tus heridas
o recoger las migas del mantel
o fregar los platos de tu comida.
Qué importa que tuviera que quedarme despierta
y hablarte
hasta las cuatro, hasta el amanecer
hasta el desvelo de los pájaros de tu corral
o hasta la mitad de tu colon.

Cada día te recorrería con mis dedos
para aprenderme cada día cada músculo
de ese cuerpecito tuyo enfermo,
de cuasi podrido pensamiento.
Y no tener cada día que recorrer con mis dedos
la almohada de tus sueños,
entre mis piernas y brazos,
aprendida por mis dedos llorosos.


Así sería si ese PARA SIEMPRE
hubiera sido precedido de mi nombre.

Por eso mendigué un jo, y otro, y otro
Y resulta que no besarias ni a tu madre.