Porque te llevo de la mano.
Más de uno se sorprendería
al escuchar mis pensamientos,
aquellos que serpentean veloces
en el laberinto de mis sesos.
A veces yo misma me sorprendo
hilando esas hipótesis de matadero
sobre venas, sangre y muertes
que habían de salvarme
del encanto del vacío cotidiano
que está cada día más presente.
Quien me trata me tiene
por una tipa responsable y educada
de movimientos calculados
y pensamiento transparente.
Mas podría sorprenderse,
desgratamente,
si escuchara los rugidos
que de noche
se desatan en mi mente.
Mi vacío cotidiano late
horneado al calor de las pasiones,
frustradas e impares,
invisible a ojos ajenos cercanos.
Y bien... si nos cruzamos
Pregúntame qué tal
y yo te diré que bien
y tú no me creas
y yo sonreiré
y tú dirás: desahógate
y yo miraré perpleja
y gruñiré con desidia
y tú sonreirás
y yo lloraré
y más de uno se sorprendería.