Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

viernes, junio 27, 2008

Con media sonrisa hacia un lado y con mirada cómplice le hice la confesión del mes:

“Tía, estoy loca”, “en serio”, “que lo estoy”.

Ella torció la sonrisa hacia el otro lado y me miraba sin decir nada.

“en serio tía”, repetí a la espera de que dijera algo en plan: “qué dices! Eso son imaginaciones tuyas”, “ya estás emparanoiada otra vez”, no sé qué.

Pero no, ella seguía sin decir nada hasta que reaccionó:
“pero loca por qué”
“puf pues yo qué sé, soy una obsesiva”

(ahí me contuve y no conté el resto de mi teoría sobre mí)

No le satisfizo la respuesta y yo segúia esperando algún calmante oral por su parte. Pero nada. Ya lo dejé y no le dije nada de la segunda parte de mi confesión: “debo ser algún tipo de neurótica”.

Espero que ante esto al menos soltara una carcajada…

miércoles, junio 25, 2008

sept 2007

Había amanecido cuando volví a mirar el reloj.

Cómo pasa el tiempo cuando uno está entretenido – pensaba- y lo que me ha cundido… una noche más así y lo termino mucho antes de lo que pensaba.

Mi ciudad da demasiadas posibilidades. En ella me he perdido tantas veces como ilusiones robaron de mi tendedero y me he encontrado cuando ponía ante mí un nuevo disfraz que llevar. He roto y arreglado. Te/me he soñado en colores y en blanco y negro si te miraba bajo la farola o tras los cristales. Aproveché la oportunidad que me brindó de compartir compases de vida contigo. Y a ti te desaproveché pero eso no me lo dijo mi ciudad hasta que te fuiste. Hoy miro hacia atrás sin arrepentimientos ni ensoñaciones pasajeras que me digan que si hubiera puesto un poco más de mi parte… quizá ahora haríamos el amor, perdidos entre los cojines del sofá. Me absorbiste el deseo y ahora sublimo lo que mi ciudad me da para convertirlo en mi arte.

lunes, junio 16, 2008

Por mucho que ella decía la palabra braguitas yo estaba segura de que llevaba un tanga minúsculo.

La primera vez que fuimos al baño decía en voz alta un poco exhaltada: es que no hay papel!! hay en el otro??
- pues no..-
- aaaah y tienes un clinex??-
- pues no... pero mea sin limpiarte, mujer, que tampoco pasa nada-
- pero voy a mojar las braguitas!-
- ya hombre pero qué piensas hacer si no?-

Yo por mi parte había bebido mucha cerveza y ya se podía haber acabado todo el papel higiénico del mundo que nada iba a impedirme vaciar mi vejiga.

Cuando salía decía: uf he apurado la última gota.

-Pues claro mujer, es lo que hay que hacer en estos casos -.

Las siguientes veces que volvimos al baño siempre era la misma historia: VAMOS A MOJAR LAS BRAGUITAS.

Y ahora que lo pienso... quizá no llevara ni tanga...

miércoles, junio 11, 2008

Que sus bragas eran blancas. De qué otra forma decirlo? Es que no hay otra forma, solo quiero decir que sus bragas eran blancas y eso es lo importante. Se encaramó a la silla para recitar y la falda se tensó. No cruzó las piernas y se le vieron las bragas. Su coño envuelto en unas bragas blancas y ya. Tan simple y llano como ese color. Puede pasar perfectamente que estés delante de un montón de gente leyendo poemas de alcohol y borracheras, cervezas, coños, pollas, depresión, suicidio… y que se vean tus bragas blancas..

lunes, junio 09, 2008

Me pediste que te la chupara ?¿?¿

El frío me ponía la carne de gallina pero no podía ser más perfecto.
Tus manos no podían estar mejor situadas que entre mi pelo.
Mis ojos clavados en la luna y en aquella ventana encendida se llenaban de vida.
Me rendí completamente a tu soledad, a los pajaritos de tu cabeza y
bajaría la basura mil veces al día contigo.
Nos sobran columpios en el parque, nos acostamos en la red y allí caí
como la estúpida niñata que nuna dejé de ser, envelesada por unas manos perfectas,
por tus abrazos.
Meses después desplegué un enredo de cuerdas que no nos pudieron sostener.
Tu red siempre fue más fuerte.
Y así lo viví, dando gracias a que tu red aunque llegue h asta aquí, sea transparente y no me mezca.
Aquella noche solo quería poseer tu alma, que picaras con azuelos dulces.
Dios... yo quería no moverme de aquel columpio de red en aquella madrugada de vida.
Hubiera dado demasiado por no soltarme en la despedida, por estar continuamente abrazada a ti
con ellos mirando sonriendo ante aquella situación extraña de dos desconocidos agarrándose el alma.
Pero, sí, esas cosas solo pasan en las películas y ahora lo que hago es tejer bufandas, al estilo de Amaranta.

Y cuando voy a explotar…
me escondo tras el: forma parte de tu encanto.

Y ya no quiero destrozar el universo a patadas
y miradas con lanza rayos congeladores,
ni romper a gritos kilos de cristal
de los que me destrozan la planta de los pies.

Entonces me sobran las explosiones solares.

Me convierto en un gusanito arrastrándose.
Dejo un dulce rastro de baba caramelizada
que lame algun incauto zángano de aguijón mojado.

Y lloro visceralmente rogando y suplicando
que alguien me abra en canal
para arrancarme las vísceras lloronas…

Y así pasa el tiempo absurdo y perdido,
tal y como decido vivirlo…
en una burbuja en constante peligro de explosión.

lunes, junio 02, 2008

78
Dos azotes y dos bocanadas de aire
fueron necesarios para empezar
esta vida de segunda.

Yo que siempre me tuve de tan impar
respiro por las dos fosas de la nariz,
bebo el doble de lo que debo,
escribo a dos manos sobre el teclado.

Y qué hago con estos dos ojos que me proyectan
a la transparencia animada de lo transparente
de otros dos ojos paralelos pareados.

Al final el camino lo hago a dos pies
con pasos rítmicamente cojeados.