Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

martes, octubre 31, 2006

31

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sábado, octubre 21, 2006

la variación del objeto de deseo

Cuando se te colaba la pelota debajo de un coche y no alcanzabas, aquello era la catástrofe del día. Eras la personita más infeliz del universo. Ibas a mamá: "mamáaaaaa se me ha colado" apuntando con el dedo.Una pelota. Únicamente una pelota era lo importante.
Y hoy... las cosas no han cambiado demasiado. Solo que sí serías capaz de sacar, con alguna ingeniosa artimaña, ese billete de 20 de debajo de un coche.

lunes, octubre 09, 2006

noche de coño



domingo, octubre 08, 2006

ellos

despues de que te han follado mal te quedas en la cama boca abajo mirando el gotele de la pared o en la cama boca arriba mirando el gotele del techo

jueves, octubre 05, 2006

quien critica el cinismo

El desasosiego de tu copa medio llena
y la mia medio vacía
no tiene más color que de la decepción.

Tú, que respiras olores frutales
espareces esperanza desteñida
a cambio de favores coloreados
por mis manos desdichadas,
por mi tiempo, ahora perdido.

Doy media vuelta y sigo parada
de espaldas al que fue mi alimento,
tus palabras, tus miradas, tus consuelos.
Con rumbo y sin prisa ni combustible
todo sigue sin sentido pero vuelto del revés.

¡Qué importa que mi amor no pudiera
guardarla!
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Sonríe dulce, pero bien sabes que mi dolor
será tú...
Qué digo.

lunes, octubre 02, 2006

alguien como tú

Iba empujando un carro de la compra, sección frutería. Unos vaqueros, descamisado, ojos azules, pelo moreno, alto, zapatillas, apariencia descuidada. Tenía pinta de soltero que va los viernes a hacer la compra porquelaneverayaestatotalmentevacíadespuésdelasemana. En casa le esperaría a lo sumo su gato y una película. Su gesto era de persona no tan feliz. Me resultaba adorable. Me parecía alguien detallista de los que llegan tarde pero con un ramo en la mano y gesto compungido cuando le pedí permiso para coger una bolsa y se apartó como si me hubiera ofendido por estar allí. Por favor... tampoco tanto. Me clavó los ojos y yo, descuidada de mí, ladeé una medio sonrisa que debió de saberle mal pues agarró su carro y se encaminó a las lechugas. Ya era tarde, mi momento había ocurrido y lo había desperdiciado con medias sonrisas. Y bien, volví a mis manzanas.

Vaya un tipo interesante... pensé.

Al rato le vi haciendo cola en la pescadería. Yo mientras dialogaba monólogos al destino “pues así tenía que ser, yo ya me voy, eh? Que no me voy a pasar la tarde en el supermercado por un tipo que no ... así que tú verás, destino, eh?...”

A la vuelta, cargada de bolsas pensaba en que alguien desde fuera probablemente pensaría lo mismo de mí que yo de aquel chico y que probablemente a quien quiero a mi lado es a un tipo independiente, solitario y, bueno, eso, descamisado y con zapatillas empujando el carro de la compra con el número de la pescadería entre los dedos.