Sopla tras el viento, el aliento perdido de los sueños.
Los que componen letras con cuerdas, de teorías.
Los que abren puertas para escapar.
Aliento que se pierde tras el viento.
Esta vez no era un sueño. Que es que esta vez no es un
sueño.
Y no se está desvaneciendo, que no. Que aún noto su aliento.
Guapo, elige ocho horas de tu vida.
Las convertiré en un sueño desalentado y mágico.
Sin teorías ni escapes.
Guapo, no tenemos todo el tiempo.
Nos quedan esas ocho horas de recuerdo.
Cada otro nuevo minuto costará
a pensamiento de desilusión por kilo de sueño.
O me venderé barata… si juras volver.
Volver a ser suave, sonriente, mi caballero, mi defensor,
mi calor y el hilo conductor de nuestro flujo de
pensamientos.
Remendaré la magia si juras
ser padre de mi hija, soplar cuando caiga polvo, agarrarme
al caer.
Que se ha roto la magia… bendita familia!
La desprimada primavera se me antoja lejana
Otoño aprimado me resulta una jodienda.
Y el aliento de nuestros sueños… me falta el motivo para
remendar.
Todavía no sé si es posible que seas idiota o que estés
muerto.