Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

sábado, diciembre 15, 2012


Me tiemblan las manos, olivo. Es complicado soltar la cuerda y que flote.
Si es que no quiero saber. Ya no está.

Nuestros regalos de cumpleaños.

Será verdad lo del equilibrio de los universos infinitos.

domingo, diciembre 09, 2012



Sopla tras el viento, el aliento perdido de los sueños.
Los que componen letras con cuerdas, de teorías.
Los que abren puertas para escapar.
Aliento que se pierde tras el viento.

Esta vez no era un sueño. Que es que esta vez no es un sueño.
Y no se está desvaneciendo, que no. Que aún noto su aliento.

Guapo, elige ocho horas de tu vida.
Las convertiré en un sueño desalentado y mágico.
Sin teorías ni escapes.
Guapo, no tenemos todo el tiempo.
Nos quedan esas ocho horas de recuerdo.

Cada otro nuevo minuto costará
a pensamiento de desilusión por kilo de sueño.
O me venderé barata… si juras volver.
Volver a ser suave, sonriente, mi caballero, mi defensor,
mi calor y el hilo conductor de nuestro flujo de pensamientos.

Remendaré la magia si juras
ser padre de mi hija, soplar cuando caiga polvo, agarrarme al caer.

Que se ha roto la magia… bendita familia!
La desprimada primavera se me antoja lejana
Otoño aprimado me resulta una jodienda.

Y el aliento de nuestros sueños… me falta el motivo para remendar.
Todavía no sé si es posible que seas idiota o que estés muerto.