Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

miércoles, septiembre 28, 2005

Volando con uve.

Que si te vas, vete. Que si vuelves, vale.
Que sí, que yo sigo.
Sigo yendo si me voy y vale, si vuelvo.

Aprendí que debería darme igual que se vaya - aunque vuelva -.

Y me lo da.

lunes, septiembre 26, 2005

... ladrillo...

Ella sonreía con media boca y la otra media para los peces. Movía las caderas segura de sí misma y se miraba en el reflejo del portal. Se colocó el pelo, entró y subió.

El ladrillo quedó apoyado sobre la encimera, al lado de la fruta, detrás de un par de cartones de leche. Hizo la comida para su marido rechupeteando los utensilios para comprobar que quedaba perfecta. De las salsas más exquisitas - ella siempre fue muy cuidadosa a la hora de cocinar - que jamás él había probado. Mojaba el pan ansiosamente, haciéndo círculos concéntricos que deseaba devorar. Cuando terminó recogió la mesa y encontró el ladrillo. Lo miró extrañado. Un poco preocupado lo dejó en el suelo y con la punta del pie lo arrastró por debajo del mueble.

Ella fregaba los platos. Se le cayó una cuchara y cuando se agachó lo vio allí, donde no era su sitio. Él debía haberlo movido, no había nadie más en la casa. Ahora era un juego de dos, le había descubierto.

viernes, septiembre 23, 2005

en el barrio una señora y un ladrillo

Esta tarde me crucé con una señora que llevaba un ladrillo en una mano y el bolso en otra. Lo raro es que no fuera uno dentro del otro para esconder, al menos.

Que el ladrillo estuviera tan a la vista hacía pensar que las sospechas de que fuera a hacer algo raro con él resultaran infundadas. Fácilmente podría utilizarlo para terminar un muro de su casa, quizás alguien hizo un agujero, o para poner algo encima, quizás para usarlo para alguna manualidad (mi tía lo hace, hace manualidades con todo), para ponerlo debajo de la pata de alguna silla que cojea, quién sabe... Lo que parecía estar claro es que no serviría para estrellarlo en la cabeza de su marido.

Era una mujer chiquitita, flaquita, bajita, el ladrillo sobresalía del perfil de la mujer. Imaginé a su marido enorme, con grandes manos amenazadoras, la frente ancha, los pies de pato, mal afeitado y con el ceño fruncido esperándola en casa.

sábado, septiembre 17, 2005

Invenciones II

A veces nos miramos.

A vecs le miro y él se hace el distraído.

A veces me mira con intención y yo me hago la distraída.

A veces jugamos a yotemiro-túapartaslamirada, túmemiras-yoteapartolamirada.

Siempre invento cosas.

Invenciones I

Cuando nos conocimos él tenía la cara llena de granos y yo el pelo sucio pero aquello no importaba, eran otros tiempos. Exigir minucias de aquel calibre estaba de más. La emoción de encontrar y el latir inocente hacían de mi pelo un elemento invisible.

Así que calva, como me sentía, nos besamos con lengua.

viernes, septiembre 16, 2005

¿Qué hace una chica como tú en un basurero como éste?

Desperté con la luz molestándome en los ojos, los párpados se veían anaranjados. Era como que me enfocaba la luz de las luces para que dejara de dormir, vete ya. No miré a mi alrededor porque no necesitaba buscar respuestas a preguntas mañaneras. Solo me importaba la puerta del baño y mis ojeras. Hice lo propio de una señorita en casa ajena y cerré la puerta tras de mí.

Mientras volvía a mi casa - renovadora de energía- pasaba la película del cuento por mi cabeza - pensamiento que intentaba destruir al sueño que me amodorraba en el asiento. - Constantemente me repetía aquello que dijo cuando me vio:

¿qué hace una chica como tú aquí?

Observo mi reflejo en la ventana. Bonitos ojos. Eso me pregunto yo. Siempre estuve donde no era mi lugar. O mejor, nunca estuve donde sí. Revoloteaba por mi cabeza la idea y las ojeras se hacían más grandes en el reflejo, jodidas ojeras, ojos hinchados. Tras sucesivas reiteraciones de la preguntita, entendí que ninguno de aquellos lugares era el mio y la gente lo sabía (y lo decían). Porque se nota. Entonces sobre mi frente noté que alguien escribía: desperdida.

El infinito se apoderaba de mi consciencia y luché con él por volver al mundo real donde volvería a preguntar pero no a responderme. Borré aquella palabra de mi cara y continué con mi vida como si la gente no pensara aquello (y no lo dijera). Me engañaba y justificaba diciendo que estaba construyendo mi mundo

¿qué culpa tengo yo de no encajar?

solo soy yo.

que me arresten.

Abrí la puerta para cerrarla. Me senté en mi propio regazo y empecé a echar de menos a aquel al que recuerdo en el futuro. Me digo, me hablo y me respondo.

¿siempre hablas sola?

lo hago.

Forma parte de mi locura que nadie entiende, de mi carácter que nadie quiere sufrir.

Descolgué las cortinas y croquetamente me enrosqué en ellas. No preguntaron qué hacía allí, ni por qué hacía eso. El tul rojo me abrazó sin preguntas y sin respuestas, ellas también estaban allí. Después de todo... ellos tenían razón. Yo era la que tenía dudas, ellos afirmaban.

Hasta el en-cuent.r.o, bonita.

No sé qué aprendí: si a no hacerme preguntas que no tienen respuesta o a conformarme con justificaciones inventadas.

el ratoncito Pérez

Antonio Pérez es el ratón que vive en el coche con cartel. Cuando te montas te regala cuentos y ganas. A media sonrisa y media mirada dice:

Disfruta.

Al final del cuento - o del capítulo. te dice que está orgulloso de ti. Y cuando te mira por el espejo rerto-visor que eres pequeñita.

Claro, porque Antonio Pérez es un ratón que entiende en los ojos.

Y juega a ser Mini yo. Al revés que tú.

Pérez tiene el secreto de la felicidad entre los ojos, dentro y fuera. Lo malo es que fuma, y eso.

ERES PEQUEÑITA

Me recuerdas a alguien que quiero, ella es pequeñita, como tú. - y uno de sus dientes de ratón brilló -

Un abrazo Pérez. Gracias por los servicios prestados.

esperando en la consulta escribo

espera tu turno, observa la luz.
espera que se encienda.
sonríe con el brillo.

después de verter el tiempo,
un día me preguntas
¿qué ocurrió mientras no estuve y esperaba?
- hablando del pasado-
te respondo
que pasaron colores
delante de ti, de mí.
dije: de nosotros.

pinté cuadros de cuentos

¿qué hiciste tú?

luz azul, te toca.
suspira, adelante.
pasa.
te abrí mi cajón donde guardar tu tiempo.

domingo, septiembre 11, 2005

reticatoria

Un día Lápiz me dijo:
no des palos de ciego
no vayas tras quien huye.

Y ahora no sé si hacerlo con él o dejarlo así Tampoco creo que le importe. Sí, lo hice. ¿Cuánto falta para que vuelvas?

Hola Lápiz.

sábado, septiembre 10, 2005

amigas y electricidades

Hoy me quité un peso de encima.
No todos los días podemos decir eso. Sólo hay que buscar el momento adecuado, cuando toca, aunque a alguien se le ocurra decir que es que cortas el rollo, pues vale. Después de decir lo que llevo dentro me he cuestionado a mí misma y tenía la certeza de que llevaba razón, así que la conciencia tranquila, ya salió fuera.

Relativo a las amigas y a la convivencia findesemanera.

Por lo demás, relato el parte de guerra:
baja del móvil por ahogamiento
una bombilla fundida
la línea de teléfono sufriendo
ordenador formateado

estos días no me llevo bien con los aparatos eléctricos...
tampoco.

lunes, septiembre 05, 2005

desperdida

¿Dónde estamos? - preguntó mirando a su alrededor y sintiendo el frío -

sábado, septiembre 03, 2005

Los niños juegan

Jugamos a acariciar labios,
al juego de rozar alientos.

El juego de "la profundidad de tu pelo".

El juego de bésame-no-sí-ahora-te beso.

Jugamos a compartir juegos.
Jugamos a perdernos en la oscuridad.
Jugamos a que yo sudo y tú también.

Una vez jugamos a introducirnos.

Y al juego del cíclope, sin saberlo.

Jugábamos a ser salvajes.

Jugué a no pensar.
Jugaste a querer hacer.

Jugamos. Ya lo creo.

Quedan tantos juegos por jugar...

viernes, septiembre 02, 2005

ritos sin rituar

43
kiki
ola

jueves, septiembre 01, 2005

te recuerdo #x

Héctor
Hector es mago
ector es
éctor mago

Hago círculos, alrededoreote