Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

miércoles, noviembre 24, 2004

Sin principio ni fin

http://es.geocities.com/hialinaweb/puzzle


Ya me gustaría poder terminar de hacer el puzzle, me gustaría ser una niña como la que jugaba con estos cacharritos sin preocupaciones de otra índole más que el ver aparecer un dibu de mortadelo después de cacharrear con él.

Un día de estos lo terminaré. Quedáis avisadxs.

Aprendí que siendo fiel a uno mismo es como se consiguen puntos de felicidad. No subyugado a nadie. Y como dice mi horóscopo... "El hombre es libre cuando ni teme ni espera nada" El deseo no te hace libre, la esperanza tampoco. Pero al menos te mantienen palpitante. El miedo simplemente bloquea. Prueba a actuar con cierta audacia escéptica, como quien está de vuelta de la vida, pero yendo. Si te sientes más libre, regresa y nos lo cuentas.

sábado, noviembre 20, 2004

~Des-apuntes~ ~oleados~ ~pasados actuales~

~ Aprendí que no se puede llevar el lastre del mundo y que no debes dejar un vaso debajo del grifo porque, aunque caigan gotas, un día se llena y rebosa~
~ Hay palabras que no me gustan pronunciar por miedo a los cambios que suponen. Las flechas las apuntan, evidentemente ¿no harás caso? Me digo, valiente.~

Se deshilacha y se rompe con olitas de colores pareadas.

Y resulta que soy algo así como violeta o lila, a veces más clara y otras más oscura.

viernes, noviembre 12, 2004

Ex-i-gente

JoSé dice:
que pasa?
Marta dice:
no se nose n ose
Marta dice:
hay gente que exige y me produce tension el no dar l que esperan
Marta dice:
y hay gente que quisiera que exigiera y me produce tension que no lo hagan
Marta dice:
um
Marta dice:
ahora lo entiendo
Marta dice:
xD

Estos días estoy aprendiendo muchas cosas: 1.- Que la falta de sueño provoca grandes catástrofes en el mundo. 2.- Que poner a la gente en su sitio es una gran actividad que hace sentir bien. 3.- Que gracias al tiempo y a mi no-capacidad-de-síntesis entiendo lo que ocurre a mi alrededor. 4.- Que hay cosas que no cambian por mucho que quiera, ni si haces tic, ni si haces tac. Y de esto, que me pendulo como un metrónomo, sí. 5.- Que me hayan robado el móvil no es tan malo... es un reset en mi vida.

Y todo esto ¿para qué? Para que entienda que es un punto y aparte en mi vida, no sólo en mi relación con David. No David, lo que escribí más arriba es en general, contigo ya lo hablé.

Acaba de llamar a mi puerta una señora que me ha preguntado ¿qué tal estoy? ójala lo hiciera alguna cara conocida. Este finde lo hará ella, nos queremos y nos amaremos estos dos días.

Tengo cosas que escribir que ya están escritas, paciénciate.
^^

miércoles, noviembre 03, 2004

Estoy pensando demasiado. Su influjo me lleva a perder lunas, minutos absortos, folios dibujados, folios escritos, tinta desparramada por mi mano y recuerdas que un día copiaste un poema:

desmemoria.

el pasado es un océano que gana tiempo de olas
a esa playa insolente de la hora,
al arenal donde se clavan los gerundios,
donde extienden los brazos y las branquias
nuestras memorias medio ahogadas.

tiene memoria cuando quiere el hombre
como la pierden las mujeres cuando bailan.

tienen memoria los círculos concéntricos
del tronco de los árboles del sueño,
y así la pierden los naúfragos de sed locos salados.

y la memoria y la desmemoria de la ausencia
se evaporan en una almohada hundida,
en un eco, en la nieve de los trópicos,
en un aliento abandonado en el espejo.

por eso, olvido, queriendo has recordado
que ella es el mar, gerundio y playa
donde arriba alegremente tu naufragio.

el espejo donde queda
varado.
tu aliento *----------------------- un tal frankan@wanadoo.es

Entonces me siento del lado contrario en que lo hace el mundo y me mezco por un soplido de hasta pronto. Quisiera quedarme quieta. Apoyo mi espalda en la nada y mis brazos en el respaldo. Me miro en el reflejo de la ventana y salto, rotos los cristales. Mentira, si no he saltado, recreo la escena en mi cabeza mientras me quito los cristales que se quedaron incrustados en mí.

¿Te dijo que te amo? que te amo como nunca he amado, tan especial, tan esto. Bonito cuento. ¿Y sabes lo que he aprendido? que las buenas costumbres no deben perderse: los juegos, las risas, las caricias, los besos, la complicidad. Perdámonos.

martes, noviembre 02, 2004

Nostalgia con perro

Las cosas cambian, el mundo evoluciona pero a veces demasiado deprisa. O será que mi corazón y mi cerebro lo hacen despacio. Me refiero a algo en concreto, el mismo espacio en momentos distintos del tiempo. Y adórnalo con magia.

Es justo decir que últimamente estoy muy sensible con este tema debido a que leí "Cien años de soledad" y vi la adaptación a película de "La casa de los espíritus". Todo ello y las circunstancias en sí,
-------------x--------todo tiene una relacion causal---------x-------------------
es decir, que me haya encontrado otra vez en mi habitación, forman un conglomerado de sentimientos.

Ahora ya no es mi habitación en sí. La última vez que estuve allí había, además de mi cama que no es la mia (que es la de mi hermana, que antes fue de mi hermano), mi mesita de noche (aquella que hacía juego con las camas donde dormíamos mi hermana y yo, después mi padre y yo), mi escritorio (el primero que se me compró), la bici estática y, vaya, la tabla de planchar desplegada. Que desilusión, claro, ahora mi habitación es una multitud de muebles y enseres que no forman nada.

Cuando se hizo la ducha me apoderé de ella. Ahora está vacío el armario que yo llenaba de pinturas, peines, coleteros, orquillas, jabones... Mi armario tiene frío también.

¿Y la caja de las fotos? Allí se guardaban las notas - que ella tiró-, los álbunes, aquel joyero que pasó tantos años sin estrenarse. Y tantas otras cosas. El día que me puse a buscar un ladrón y no sabía dónde mirar, encontré la no-caja, las fotos apiladas en el maletero, sin más.

Muchos cambios.

Ahora ella se ha ido. Y la que no es ella se queda sola. Un piso demasiado grande para una persona sola. A mí se me caen encima los recuerdos, no el techo.

Muchas veces me acuerdo de cuando se me cayó el walkman de mi hermano. Ese rojo que le regalaron por Navidad, creo que lo rompí. Allí, te diría el lugar exacto. Ya no hay más baraja de cartas incompleta y desparramada por el cajón de la mesita del teléfono. Han pasado por ella tres teléfonos: el de rueda al cual mi padre le puso un candado para que no llamáramos, el nuevo con teclas de pulsar y el de ahora que lleva incorporada una pantallita y un sin fin de teclas sin utilidad aparente. Una lavadora al día, no sé cuántas pondrá ahora, yo una a la semana en mi casa.

¿Y todo esto para qué? Para poner de manifiesto mi nostalgia. Que entre que nos hacemos mayores y que no nos llevamos bien esto es cualquier cosa menos una familia. Y no sé si nos queremos. Llegué a escribirlo, uf.

Os llamaré.