Cosas que aprendí un día y escribo para no olvidar

**Creo en la ciclicidad de las vidas, como en el ciclo del agua - sol, nube, agua -, en la ilusión y en la soledad, hermanas. En la escritura antes que en las palabras y en la lucha interna y externa.**

viernes, abril 29, 2005

Dieciquinces, dibujos animados y virus en pajita.

- Hay muchas cosas que están mal en el mundo ¿sabes? - Así empezó el mini discurso de ayer vía móvil y así comienzan muchas de las etapas por las que tengo que pasar para darme cuenta de que aunque estén mal la gente es feliz. Y eso. Bueno, en realidad, nos toca vivir en el momento que nos toca y debemos adaptarnos y si no te adaptas, eres un raro - no un triste, no un feliz - que es cuando tienes que tener narices para ser un raro. Y asumirlo. Adaptado o raro, eres tú. Que me diga, soy yo.

Y he aquí la mejor definición que me han dado de mí y que por ser como soy me llena más: "Y tú, con tu naturaleza de dibujo animado (...)". Jum. A lo mejor siempre quise ser un dibujo animado y no lo fui o no sé que lo soy. Lo malo es que ser un dibujo animado en esta sociedad, que es un cuadro estático bicolor, es complicado. Y así nos luce el pelo (para el que lo tenga, claro). Espero que después de las sucesivas reflexiones que estoy teniendo conmigo misma, ya pueda volver a mis quehaceres y poner la lavadora sin pensar antes en lo feo que es esto o lo otro.

Estos días estoy de médicos. Aun siendo consciente de lo que puede desatar en las mentes de quien la vea, subiré la radiografía de mi cara. En ella se aprecia que tengo congestionada la nariz. Y un episodio más. En verdad no me importa lo que piense la gente de mi cara-diografía. Es así. Y ya.

Hoy toca pensar en la palabra des-esperada. Que entra dentro de la familia de mis palabras con des pero que yo no construí, que están ahí.
Una persona des-esperada es alguien a quien no esperan. Y como no la esperan se mueve, se mueve y se pone nerviosa porque no hay nadie en el cuarto de al lado esperando que abra la puerta. Una persona des-esperada no tiene por qué estar esperando, solo sabe que no la esperan. Entonces yo no soy una desesperada.... desesperada es la persona que no espera ¡¡!!!
Tú eres el desesperado, no yo.
A lo que lleva pensar un rato.

Sois nos desdibujos desanimados, jijiji.

Estos días estoy aprendiendo que el mundo sabe dar una de cal y otra de arena, que por delante me la quitan y por detrás me la dan. Y la coges.

Y me apunto éste:
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

martes, abril 26, 2005

Desprimada de mi primavera.

Destapando la caja,
rumiando tras el sombrero de copa
más valía que no hubiera sido
o que me hubiera dado cuenta,
de que así no iba por buen camino.

Pateando en el estómago
resuenan las pataditas.
¡Ha sido niña!
Libertad, la parida a deshora.
Menos mal que más tarde
que nunca, antes del remate.

No tuvo que ser lo que no existió
y rememorando aprendo que hubo
un momento en que debí empujar
al vacío de lo que ya no era nada.
Donde no llegamos.

Ahora soy divisible de ti
y divisible por mí misma y por el cero,
una prima. De las buenas.
Desprimada de mi primavera.
No hay más viento que mueva ramas,
no habrá calor que moje mis sueños.

martes, abril 19, 2005

primavera de-menta

Cada mes pesa ser Marta, no más ni menos, solo pesa. Así que tras mi viaje mensual de nomencuentro hoy me puse las bragas de manga larga porque parece que hce un poco de frío primaveral. Este año denunciaré a quientoque por traerla tan gris.

A saber qué harán las flores que abren los pétalos para ver la claridad y encuentran la mitad de lo esperado. Eso suele pasar aunque ellas no lo sepan.

Quizás nos indemnizarán por esta primavera de broma -todo llega -. Y cuando eso pase espero estar atenta y cogerlo, no se vaya a escapar la oportunidad por mirar a otro lado, no vaya a ser que sea la de la vida.

Mi primavera de mentira -y ya empezamos con los repartos y los posesivos - no es la primavera de la gente. Hay lugares donde cuando en Madrid hace frío, allí hace calor. Véase Torre del Mar que no baja de 10 grados en invierno.
- Claro, es una temperatura estupenda, magnífica , maravillosa (oh sí) - decía como ofendido y yo preguntándome de qué era culpable, si de no saberlo, no pensarlo, de la culpa de todos probablemente. Como cuando alguien me pregunta por mis pretensiones o se queja de que soy sosa. - ¿Ah sí? pues pagas por todas las personas que anteriormente lo dijeron.-

Menos mal que todavía hay gente seria y le acaricio el pelo.

El caso es que no sé cuantos grados pero se empieza por efe y me acurruco en la cama como cuando hace Diciembre.

Estos días la gente tiene los ojos verdes. Inmensos ojos poblados y despoblados. De los que quieren pintar la primavera de su color. Otros no son verdes pero la mayoría sí, digo. Y aunque no encuentre los suyos porque resulta que se ha ido, dejé de plantearme cosas y pinto y despinto, como me viene en gana. Sobre un lienzo sin marco, como siempre dijimos y en lo infinito de la tela.

En fin - como dice el chico anzuelo y tan mal me suena por determinante y pum - veremos qué deja la marea sobre mi pijama cuando baje.

A ver si aprendo algo además de que los meteoritos de 600 kilos son pequeños,

sábado, abril 09, 2005

A mi niña venenosa

Amaranta

(Rafael Alberti)

Rubios, pulidos senos de Amaranta,
por una lengua de lebrel limados.
Pórticos de limones, desviados
por el canal que asciende a tu garganta.

Rojo, un puente de rizos se adelanta
e incendia tus marfiles ondulados.
Muerde, heridor, tus dientes desangrados,
y corvo, en vilo, al viento te levanta.

La soledad, dormida en la espesura,
calza su pie de céfiro y desciende
del olmo alto al mar de la llanura.

Su cuerpo en sombra, oscuro, se le enciende,
y gladiadora, como un ascua impura,
entre Amaranta y su amador se tiende.

sábado, abril 02, 2005

02 de Abril - Primavera

Thursday, August 12, 2004
Personas

Hay personas que impregnan
a personasque son como un volcán,
que vienen y se van.
Se encuentra a esas personas
en las cerradas curvas de estrechas carreteras,
y una vez que se encuentran, ya no se vuelve.
posted by Fer at 11:49 PM 0 comments

marta. saids:
El que hace magia es el que va y viene olesco con sombrero de un pico que no sabe usar muy bien para qué.
Me lo dejó en los labios
se lo llevó y me dejó
lo que me sumía y lo que me fluye,
en orden.